Wikileaks y los controladores

En una semana hemos sentado dos peligrosos precedentes: el de la ciudadanía encogiéndose de hombros ante el reconocimiento público de conspiración, corrupotelas y crímenes de estado, destapados por wikileaks, y el de la clase trabajadora aplaudiendo la irrupción del ejército en un conflicto laboral (el de los controladores)

No es que no me parezca bien que se le ponga freno al descontrol del control aéreo. Todo lo contrario. La posición ganada por la asociación de controladores permitía un abuso intolerable, constituía una auténtica malversación de los derechos ganados por el sindicalismo de clase, y se estaba consolidando como una verdadera mafia. Sí, pero... ¿Era necesaria esta escenografía? ¿Por qué se les ha dejado llegar hasta donde han llegado? ¿Haber actuado a tiempo? ¿No ha servido para crear un precedente en la sociedad española, en cuanto a la generación de estados de alarma por movilizaciones obreras?

Reclamo estado de alarma frente al cierre patronal de la banca que arruina a los pequeños empresarios y comerciantes; reclamo estado de alarma frente a la corrupciónd e la trama gürtel y la descomposicióin del estado de derecho creado por la especulación urbanística; reclamo estado de alarma frente a la evasión de impuestos de 1 de cada 4 euros que se producen en España.

Mientras tanto, ha caido el telón que cubría hipocritamente las vergüenzas de los estados democráticos occidentales. La opinión pública está vacunada, el impacto se ha absorbido y no ha pasado nada. Era verdad todo: los espías, las torturas, las presiones a los jueces, las escuchas, el tráfico de personas secuestradas... todo era verdad. Y ahora, posiblemente, nuestros gobiernos no sientan la necesidad de tener que disimular esas prácticas.

Como cuando de chicos nos confirmaron que los reyes eran los padres, a partir de ese momento, dejaron de cuidarse tanto las formas la noche de reyes y, a la larga, la navidad perdía parte de su esencia. Al cabo de unos años se hablaba con naturalidad de los regalos en la mesa unas semanas antes... ¿Cuánto falta para que los gobernantes empieces a hablar con naturalidad sobre prácticas de secuestro o compra de jueces?

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