El 21N: Convergencia de La Izquierda

El 21 de noviembre comienza una nueva etapa política.

Nos gustaría poder decir que será una etapa en la que gobierne Izquierda Unida. En la que nuestro programa, transformador, coherente y cargado de esperanza empezará a realizarse, porque sean hombres y mujeres de izquierdas quienes ocupen el gobierno.

Desgraciadamente no será así.

A partir del 21 de noviembre, serán mujeres u hombres, con unas u otras siglas, pero fieles servidores de las clases dominantes quienes gobiernen en España. Fieles servidores del sistema.

La clase dominante, a través de su portavoz, el Presidente de la Confederación de Empresarios, ya ha expresado su programa: Privatizaciones, reducción de impuestos para las rentas altas y la gran empresa, recorte de servicios públicos, abaratamiento del despido y disminución del derecho al desempleo. Por otra parte, ese mismo programa es el que exige el Fondo Monetario Internacional para financiar la continuidad del sistema en España.

Es el programa de los prosistema, que nos dicen que tenemos que cobrar menos, trabajar más, vivir peor y jubilarnos más tarde. Nos dicen que es necesario envenenar el planeta, dejar morir a la gente y mantener siempre 2 ó 3 guerras en marcha, que tenemos que aceptar que haya un tercio de población en la pobreza, vivir sumidos en cultura basura y renunciar, progresivamente, a todas las conquistas y derechos de la democracia.

Y las organizaciones políticas que respaldan ese programa: CiU, PNV, PSOE, UPyD y PP recogen, en este momento, más del 80% de los votos según las encuestas.

¿Cómo podemos atrevernos entonces a decir que se abre una nueva etapa política en España?

Nos atrevemos, porque la próxima legislatura debe estar protagonizada por la emergencia de la izquierda alternativa en España.

Una izquierda que va a encontrar su articulación a través de una confrontación sin precedentes entre quienes defienden el sistema y quienes aspiramos a transformarlo.

1. El frente sindical, en el que los hombres y mujeres de izquierda somos más necesarios que nunca, para que nuestras queridas organizaciones de la clase lleguen a confluir en una sóla expresión de la reivindicación de los derechos laborales y sociales que a todos, sin distinción de siglas, nos quieren arrebatar.

2. El frente social, en el que las mujeres y hombres de izquierdas debemos volcarnos sin reservas en alimentar las formas de organización asamblearia, virtual, creativa, que van surgiendo por doquier, que expresa emblemáticamente el 15M y que deben ir fermentando, hasta iniciar una auténtica revuelta social, pero de la mano del movimiento sindical.

3. El frente institucional. Porque el reto que tenemos las mujeres y hombres de izquierdas, en este momento, es lograr que Izquierda Unida alcance los 12, los 14, los 16 diputados que aseguren que esta fuerza política, la tercera fuerza política de España, sea, efectivamente, la tercera fuerza política del Parlamento, pese a la vergonzosa ley electoral que los franquistas dejaron y sus sucesores mantienen.

Esta es la legislatura de la convergencia de la Izquierda. En torno al proyecto renovado y refundado de Izquierda Unida. Ya lo estamos demostrando, acudiendo a las elecciones con otras 12 fuerzas políticas de la izquierda transformadora.

Y por eso es tan importante que en la presentación de la candidatura de IU en Granada haya intervenido hoy nuestro compañero Álvaro Martínez, porque esta izquierda defiende la ecología política con todas sus consecuencias.

Y por eso es importante la intervención de intelectuales comprometidos, como Luis García Montero o Almudena Grandes. Comprometidos como deben serlo los verdaderos intelectuales, porque no se entiende la intelectualidad sin compromiso, como decía nuestro camarada Saramago.

Y por eso es importante la intervención de nuestro compañero Llamazares, que ha demostrado en el Congreso, que un hombre digno vale más que 100 votos cargados de incoherencia de representantes indignos que no representan a nadie.

Esas son nuestras tareas, y por eso estas elecciones generales son mucho más que unas elecciones al congreso. Y por eso es tan importante que hombres y mujeres como Raul García y Mari Carmen Pérez estén en el Congreso.

No para arreglar el sistema, sino para empezar a cambiarlo.

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