2015. El año que Granada perdió el tren... el metro, la bici y el barco

¿Recuerdan que en 2015 ibamos a estrenar AVE? ¿Recuerdan que íbamos a dar un impulso sin precedentes a la movilidad ciclista? ¿Recuerdan que se iba a estrenar el metro? ¿Recuerdan que se iba a impulsar el puerto de Motril? Nada de esto se hará realidad. Esos son los gobernantes que tenemos en España, en Andalucía y a nivel municipal.

La ciudad de Almería estrena este otoño una red de más de 25 Km. de carril bici que
introducen un cambio radical en el modelo de movilidad urbana. A la ciudad la inversión le ha salido casi gratis, gracias a la aplicación del plan de la bicicleta, redactado bajo el impulso de IU en el gobierno andaluz. Los beneficios para la reducción de contaminación atmosférica y sonora, para la mejora de la salud de la población, para la economía y para la pacificación del espacio público son múltiples y, en caso de cuantificarse económicamente, supondrían varias decenas de millones de Euros. Motivo para dar la enhorabuena a Almería.

El plan, para Granada, era mucho más ambicioso, con casi 40 Km. de red urbana. Por desgracia, los granadinos no veremos desarrollarse nada de carril bici este año ni el próximo. El Ayuntamiento de Granada ha sido, junto con el de Jaén, el único en dejar pasar una oportunidad sin precedentes de mejorar la movilidad urbana con criterios ecológicos. ¿Cómo hemos podido dejar pasar una oportunidad así los granadinos? La respuesta es sencilla: por el criterio ultraconservador del partido en el gobierno local que ha sacrificado el interés general para garantizarse los votos de unos pocos miles de vecinos preocupados por sus plazas de aparcamiento. Sencillamente no existe acuerdo ni planificación para desarrollar la movilidad ciclista en Granada.

El AVE se iba a poner en funcionamiento en 2015. En el mes de noviembre. No se molesten en comprar billetes. A día de hoy, dudo mucho de que llegue a ser una realidad ni siquiera en 2016 ¿Razones? De partida, la incapacidad para consensuar el trazado y modelo con el resto de las administraciones. De seguida, la cicatería con la que se han enfocado las inversiones en Granada, negándonos la doble vía, el soterramiento, etc., que si han caracterizado las obras en otras provincias. Y de salida, que cuando se anunciaron esos plazos ya eran mentira. Una mentira por boca de una ministra de España. Una mentira conveniente a los intereses electorales del PP de cara a municipales y autonómicas.

Lo del metro es, si cabe, más vergonzoso. Sobre todo porque es una infraestructura cuyo primer tramo lleva completamente terminado casi un año. Porque ya podría estar en funcionamiento y dando servicio a los granadinos y granadinas desde Albolote y Maracena hasta la Caleta, pasando por el Cerrillo, La Cruz y la Zona Norte ¿Por qué está parado? Pues porque la Junta de Andalucía lleva perdidos 8 meses para su puesta en marcha; porque la selección de personal (controladores, conductores, personal de mantenimiento) para su gestión directa, que iba a comenzar en febrero, se paralizó al día siguiente de echar a IU del gobierno autonómico... porque, de hecho, a estas alturas aún no se aclaran dentro del propio PSOE con el modelo de gestión de la infraestructura. Y los granadinos esperando.

La guinda del maltrato a los granadinos la pone el puerto de Motril. Algo tan sencillo como que se dé el mismo trato a las tres líneas de ferry que unen la península con Melilla, parece imposible. Málaga y Almería siguen disfrutando de un trato de privilegio que supone que las operadoras que parten de sus puertos reciban un apoyo conjunto de 15,4 Millones de Euros para abaratar y hacer más competitivo el tráfico desde Málaga y Almería hacia Melilla, dejando al puerto de Granada al margen ¿Por qué este discriminación contra Granada? ¿Por qué esta maniobra para que resulte más caro viajar desde Motril? A este paso, vamos también camino del perder el barco.

Este año 2015 hemos perdido el tren, el metro, el barco y la bicicleta. Nos queda el coche. Sólo el coche. El dios coche para ir al centro y al centro comercial; el coche para ir al trabajo y de vacaciones; el dios coche por la A7, por la segunda circonvalación y las VAUS... Da igual cuánto nos envenene, cuánto suelo, aire y tiempo consuma. Da igual lo ruinoso que sea construir y mantener carreteras, costear millones de vehículos y pagar millones de toneladas de gasoil... todo lo merece la adoración al dios coche. Todo por el bien y beneficio de sus sumos sacerdotes: las compañías automovilísticas y de obra pública que susurran al oído de nuestros malgobernantes (y de los tesoreros de sus partidos).

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